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(Fotos Israel): sala de la U.C.I. donde por tres veces, me salvaron la vida, reparando mi corazón de tres sendos infartos, gracias también a la rapidez de ambulancias que en el trayecto, me prepararon para quirófano.(Ver la Nota siguiente).
Muerte digna.
Al Asilo no voy.
Muerte digna. Esta poesía sobre Hospitales, la escribí hace muchos años. Entonces no existía el Testamento Vital, ni las Unidades contra el Dolor, por lo que llegar a un Hospital, suponía, en casos graves, iniciar un calvario sin fin. Incluso los médicos tenían una lista de medicinas de la que no podían salirse. Mi madre misma, murió porque no hubo medios económicos para adquirir la recienllegada a España, penicilina, un frasco de la cuál, equivalía al salario de casi dos meses. Sólo la Sanidad Privada estaba verdaderamente equipada para su función. Por esta causa, es necesario seguir luchando por la Sanidad Pública, porque el derecho a la salud debe ser un derecho universal. El Capitalismo, ni siquiera libera a los países pobres del pago de sus patentes, por lo que mueren a diario, miles de personas a causa de enfermedades que, en el mundo rico, son perfectamente curables. La poesía no la corrijo porque lo que narro en ella, sucedía. Pero añado esta nota, para ser justo, agradeciendo a "Carlos Haya" todos los muelles que llevo en mis arterias coronarias y el cambio de conexión entre algunas de ellas que hacen que mis ventrílucos bombeen al revés, e indicar a los jóvenes, que es necesario seguir luchando por la Sanidad Pública, por extenderla y robustecerla, poniéndole el necesario bozal a la Privada, que concibe la Salud como uno de los mas pingües negocios de nuestros días, como corresponde a la deshumanizante filosofía del Capital.
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